Todos estamos inmersos en enormes redes sociales de amigos, familiares, compañeros de trabajo y mucho más. Nicholas Christakis hace un seguimiento de una amplia variedad de rasgos (desde la felicidad hasta la obesidad) que pueden propagarse de persona a persona, mostrando cómo la ubicación en la red podría afectar la vida en formas que ni siquiera se conocen. Podemos propagar alegría, un undo mejor, pesimismo. De nosotros depende. Contagiemos un mundo mejor, más humano, más justo, más comprensivo, más solidario...Contamíname..que bajo mi rama tendrás
abrigo...
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