Reproducimos, por su interés, el escrito publicado en
Arucas Digital por Marisol Collado Mirabal
Directora del IES Arucas Domingo Rivero
No sabemos si fue un virus, un arrebato, alguien tocó el pito o se lo tocaron (en cualquiera de sus acepciones) pero lo cierto es que en los últimos 10 días de agosto se gestó el peor ataque a la enseñanza pública que en 23 años de docencia he tenido el placer de soportar. Lo más grave: la hipocresía, las excusas, el “tú ya sabes cómo estamos” (no, perdón, ¿quiénes? ¿cómo estamos? ¿alguien ha pensado cómo estaremos después de esto) el presuntuoso intento de buscar complicidades, de que entendamos decisiones que suponen, una vez más, sacrificios inútiles de cuestiones fundamentales para el futuro de Canarias y de los hombres y de las mujeres de esta tierra. Lo que me tiene indignada es la falsa apariencia de estar abordando, con decisiones que perjudican gravemente a la educación en Canarias, una crisis que tiene poco de educativa y mucho de política, cortando por lo sano, cercenando oportunidades y posibilidades, hipotecando el futuro. Alguien está jugando con las cosas de comer… y con las cosas de comer no se juega.
Del 20 al 31, sin capacidad de reacción, las fases lunares debieron alterarse porque cayeron en cascadas decisiones inaceptables, inadmisibles que han supuesto un empeoramiento gravísimo de las condiciones educativas. Decisiones laborales: se suprimieron comisiones de servicios, publicadas apenas 4 días antes, dejando en absoluta indefensión a los afectados y ocasionando auténticos dramas humanos; decisiones de planificación: se eliminaron grupos concedidos en julio o se suprimen enseñanzas sin opción para el alumnado que repite, etc. etc.
La guinda, una Resolución de 31 de agosto, firmada por 4 Direcciones Generales (un ardid político para que ningún cargo se quemara solito) que regula la incoherencia y la ineficacia de esta Administración para afrontar las necesidades educativas. Una resolución que sobrecarga a los centros educativos con responsabilidades de la propia Consejería, como son las sustituciones. Se nos cambia la finalidad de nuestra horas y se dan a cargos directivos más funciones de las que se puede humanamente asumir. Una resolución que crea confusión e indignación, porque las normas se imponen sin más, y que provoca, insisto, SACRIFICIOS INÚTILES. Es ésta una resolución falaz, que nos pone a los centros, una vez más, en la tesitura de la propia moral frente a la profunda inmoralidad de quienes nos gobiernan. El “error aritmético” de 250.000 euros de aumento para la policía autonómica y un nuevo cargo en la Consejería de Turismo surgen paralelos a un terrible error de cálculo en política educativa.
Nos han desprestigiado, nos han chantajeado con la crisis y 5 millones de desempleados, nos han amenazado, supuestamente hemos perdido las distintas batallas por nuestras reivindicaciones, tendremos que cumplir estrictamente las normas de sus incoherentes prioridades. Cumpliremos, of course, que no se diga, pero hay que negarse a seguir siendo el colchón entre la sociedad y los políticos, entre las familias y la Administración. Se debe informar puntualmente a las familias de lo que estamos haciendo en cada momento por imperativo legal y qué deberíamos estar haciendo por calidad educativa. Asumiremos la responsabilidad porque hemos demostrado que nuestra profesionalidad y catadura moral es infinitamente superior a la de quienes toman las decisiones y quienes callan al transmitirlas, y explicaremos claramente cuáles son las prioridades de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias y cuáles las necesidades del alumnado y sus familias, y que cada palo aguante su vela porque está mandando el capitán…
Un presente triste, un futuro terrible… Y si encima la Unión Deportiva golea y el Tenerife pierde, a peor la mejoría, pero ni por todas las resoluciones injustas del mundo dejaré de apoyar al equipo y la cantera.