Madrid, Navidad del 2011. Estoy aquí. Vente y vemos la película. Alta. No se consigue la última copia. Vemos una sin terminar de montar. Una loca dice que está bien. Duda. Me precoupa lo del aborto. Quizás no esté. Un loco rematado dice que sí, que está genial quizás llevado por la emoción del momento. Mi hijo lo remata. Cree que sí. Decidido. Adelante. Nos la jugamos.
Un blog. Mira a ver si puedes cambiar la cabecera (la pesada de turno, jeje). Genial. Siento ser tan pesada. No te preocupes, ahora quedó bien. Posts, posts, correos, elaboración de encuestas, críticas 3x1, creación de alertas, búsquedas, trabajo colaborativo, participación en distintos niveles y lugares.
No llega. Mercedes ¡No llega! La aduana, coméntales lo de la aduana. Llamo a los Yelmo. No llega. No ha llegado. Alta, ¿la enviaron? Hay 5 institutos esperando ¿Qué les digo? ¿Con quién la enviaron? Localizo a la compañía en Madrid. Me dicen con quién trabajan en Canarias. Llamo al cine. Siguen sin saber nada. Llamo al transportista. No tienen ni idea. No les ha entrado nada. Le pido que se lleguen a la aduana. Si, la aduana, en Canarias tenemos aduana. No es otro país, pero tenemos aduana. En la aduana no saben nada. Vuelvo a llamar. Lléguense a la aduana. Van, parece que hay algo. A ver si llega. Es esta noche. Tiene que llegar a las 16 horas para ser montada. El transportista ya salió. Me pueden facilitar su móvil. No acostumbramos. Es una emergencia. Lo localizo. Sólo reparto hasta las 15 horas. Llamo al cine. No entro a trabajar hasta las 16. Localizo el teléfono de un bar situado por fuera del cine. Llamo a su dueño por teléfono. Me muestro convincente y está dispuesto a recoger la película. Todo parecía ir encaminado hasta que le digo que tiene que entregar a cuenta 35 euros y que se los daremos cuando la recojamos. Al dueño del bar, que no me conoce de nada, le empieza a sonar a timo y me dice que él no paga nada. Llamo al encargado de la sala. Le facilito el teléfono y le pregunto si él lo conoce, que se ponga en contacto con el del bar. Lo conoce. Lo llama y todo parece estar arreglado.
Llego al cine con una hora de antelación ¿El micrófono? No está. Voz en alto.
No cabe la gente ¿Qué pasó? El cine se equivocó. Hablo con personas de confianza para que se sienten en las escaleras y buscamos sillas por todas partes.
¿Y YO QUÉ HAGO AQUÍ ?
¿POR QUÉ LE HABRÉ HECHO CASO A ESAS DOS LOCAS (Mercedes y Conchita) (lo de locas "cariñosamente dicho", sobre todo en esos momentos)?
La película comienza. No respiro hasta ver que parece que va gustando.
ME EMOCIONO.
SE HAN EMOCIONADO.
Hubo hasta un día que no llegó. Al menos tuve tiempo de desconvocar y que se anulasen las guaguas (autobuses a una hora más).
Un sinfín de películas y emociones se suceden. Salen debajo de las piedras. El trabajo y su influencia en la asistencia a las salas comienza a ser reconocido. Nos buscan desde distintos lugares.
La loca me pregunta ¿La cogemos? Duda. El loco se lanza. Tiene contras. Déjame verla de nuevo. Claro, la cogemos. Ok.
ME EMOCIONO
Una directora que nos envía un saludo
¿QUÉ HAGO YA AQUÍ?
IMPOSIBLE EXPRESAR CON PALABRAS.
SÓLO EMOCIONES.
No te olvides. Falta el telediario. Es que pides unas cosas. Ya sabes,
en este país, la escuela no sale en las noticias sino para ser
criticada. No saben estos con quienes se han topado. Lo sabrán. Todo
llegará. Optimista. Se andará ¿Cuándo nos vemos? ¿Cómo?
Y resulta que nos vamos a ver.
Un día. Día y medio.
Ya sabes, mes y medio para el próximo. Ya ni contesta la
boutade.
Gracias a las compañeras y compañeros de la Tribu 2.0 con los que tantas cosas, películas, aprendizajes y emociones hemos compartido. Especialmente al alma mater, Mercedes, y a Conchita, la que me engañó para participar en este proyecto.