Tristes momentos para el cine español, para todo lo que desprenda cultura.
Me ha llegado al alma un correo de una de sus trabajadoras, Cristina. Tuve la oportunidad de conocerla cuando visité las instalaciones de Alta Films y tratar con ella vía teléfono y correo para organizar las noches de cine y educación y las matinales y volverla loca para que las películas llegasen a tiempo a Tenerife para los preestrenos educativos.
Cristina, una más de las trabajadoras afectadas por esta crisis y por este gobierno. Un gobierno que no perdona al cine español tener criterio y opinión propia. Diversa, por cierto, como señalaba en los Goya el presidente de la Academia de Cine y alma máter de Alta Films.
Alta y sus cines Renoir han sido todo un referente para el cine español y para el cine de calidad.
Alta ha permitido a muchos directores llevar a cabo un cine español, un cine de autor, de calidad, un cine realmente con MARCA ESPAÑA (no como el caos que genera este gobierno).
Alta ha permitido a muchos amantes del cine acceder a películas que de otra manera no nos hubieran llegado. Películas españolas, francesas, inglesas, libanesas...
La desaparición de Alta nos deja huérfanos de otro cine. Nos deja en manos del cine comercial, del cine de Hollywood, que por no representar, no representa ni a todo el cine americano ni al de mejor calidad, pero sí que, con honrosas excepciones, coloniza, aborrega y llena de estereotipos todo lo que toca.
La labor de Alta Films no se limitaba al cine. Fueron tan ambiciosos y generosos, que quisieron abrir el mundo del cine a las aulas. En un país carente de cultura audiovisual y de gobiernos que apostasen claramente por su desarrollo como en el envidiado caso francés, Alta asumió esa labor.
Alta hizo posible que miles y miles de chicos, jóvenes, profesores y familias de más de 20 ciudades españolas conociesen otro cine y accediesen a la cultura audiovisual, que en teoría figura en todos los planes de estudio como competencia a desarrollar. En toda Europa y en nuestro país figura en la legislación educativa (al menos hasta la última ley vigente).
Alta también asumió la formación audiovisual del profesorado, creando y sufragando los gastos de la Red de Cine y Educación Cero en conducta y poniendo en contacto a gentes del cine y de la educación.
Y siempre lo ha hecho de manera generosa, sin exigir nada a cambio. Ni siquiera nos exigía que la nombrásemos en la red ni en los preestrenos. Lo hacíamos de motu proprio, sabedores de la apuesta que altruistamente estaban llevando a cabo.
De ahí, nuestro compromiso con el cine español, como fuente de cultura. Siempre que hemos podido hemos dado nuestro apoyo y compromiso con este cine y con la cultura audiovisual y cinematográfica, con su lenguaje.
Cuando se haga una historia de la introducción del cine en las aulas, Alta ocupará un Alto lugar.
En la Tribu 2.0 y en Cero en conducta lamentamos enormemente lo sucedido a Alta Films y a todos sus trabajadores. Lo sentimos como algo nuestro. Nieves, Cristina, Enrique, Laura, Octavio y tantos otros, forman parte ya de nosotros, de la cultura española, del cine español.
Alta, nos deja con la cabeza bien ALTA. Con una labor y apuesta por el cine español que debe ser reconocida más pronto que tarde.
Alta, nos deja con la cabeza bien ALTA. Con una labor y apuesta por el cine español que debe ser reconocida más pronto que tarde.
Hemos crecido como docentes y espectadores con ALTA. Vaya desde aquí nuestro AGRADECIMIENTO, reconocimiento y solidaridad con ALTA FILMS, con Enrique, Nieves, y todos sus trabajadores.
Ahora, más que nunca, nuestro manifiesto por el CINE Y LA EDUCACIÓN
GRACIAS, ALTA
GRACIAS, ALTA
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