El propósito no es solo el de ofrecer la primera red diseñada, desde el principio, para participar en el debate público, sino también superar uno de los mayores retos a los que se enfrenta el ciberactivismo hoy en día: convertir el activismo digital en acciones concretas. Para conseguirlo, la plataforma será gestionada por una fundación sin ánimo de lucro que defiende los Derechos Humanos, en vez de una compañía privada.
YOVOX combina las funcionalidades más importantes de redes sociales actuales en una sola herramienta, con una interfaz limpia e intuitiva. Los contenidos serán públicos y publicados bajo una licencia Creative Commons, con el fin de facilitar el debate e invitar a los usuarios a interactuar con otros miembros. Cualquiera podrá publicar contenidos en YOVOX –siempre respetando la ley–, pero ser miembro de YOVOX supondrá de por sí la defensa los Derechos Humanos.
Los beneficios generados a través de la red serán donados para defender aquellas causas que más interesen a la comunidad, de manera democrática. Cada miembro tendrá la posibilidad de elegir su causa: Derechos Humanos, por supuesto, pero también Ecología, Igualdad, Defensa Animal y Derechos Civiles, por mencionar algunas. YOVOX actuará por su comunidad, donando los beneficios a ONGs y asociaciones que trabajan sobre el terreno defendiendo esas causas. De este modo, el activismo digital tendrá un efecto tangible en el mundo real.
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