- El contenido dividido en pequeños segmentos de información que se enseñan con más frecuencia. Se basa en la tesis de que el cerebro es más eficiente procesando entre 4 y 5 bits de información a la vez. Es una táctica para evitar la fatiga del aprendizaje y retener más conocimiento.
- Más repeticiones de los puntos clave que deben aprenderse, y que se examinarán con test más frecuentes. Se trata de que el estudiante esté más tiempo expuesto a la misma información hasta que la incorpore de un modo efectivo. Muchas investigaciones muestran que se aprende más rápido a partir de la repetición del contenido clave que a través de una lección lineal más larga.
- Enseñanza personalizada al máximo, tanto por intereses como por el nivel de cada alumno. Para esto será muy útil el empleo de la analítica de datos a las propias plataformas de e-learning.
- La clase se parecerá cada vez más a una red social o a una sala de juegos. Con etapas a superar que marcaran los niveles de aprendizaje. Quedará muy señalizado el horizonte, es decir dónde termina el curso.
- La formación online móvil. Es decir, el curso que uno se puede llevar a cualquier parte será la norma. Los contenidos se adaptarán a los dispositivos móviles, de modo que uno pueda consultar píldoras en vídeo o cualquier material audiovisual desde el teléfono.
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