Aprender por casualidad: La Gran Casualidad
Así es como me llama ella en la red, my friend. No sé la razón por la que lo hace, ni sé si soy merecedor de ese calificativo. Tampoco es porque domine la lengua de Shakespeare.
Lo que sí sé, es que es mi amiga virtual 2.0 por excelencia. Sí, ya sé que esa palabreja me suena bastante mal y normalmente me chirría. Pero no en su caso. Conchita es Excelencia. Mi Excelencia, Su Excelencia. la excelencia de todos los que han tenido la suerte de conocerla en la web y después la han desvirtualizado.
Yo he tenido la fortuna de hacerlo en dos ocasiones. Una fue en el
I Encuentro entre profesionales de la educación y el cine: Formando al futuro espectador en la Fundación Telefónica. La segunda ocasión, fue en la Facultad de Educación de la Coruña, en
Ráfagas en unas charlas que impartimos, en las que tuve la suerte de verla en directo con su alma gemela, Mercedes Ruiz, Dª Díriga y unos inesperados protagonistas que sorprendieron a través del vídeo a los estudiantes universitarios de la Coruña, convirtiéndose en sus "profes" por un día, Eso me llevó, sorprendido a escribir un post:
Pero retrocedamos en el tiempo. Volvamos al comienzo. Las primeras veces que e topé con Conchita no fueron afortunadas. Sobre todo porque hice un comentario no demasiado acertado. Ella no solo me guardó rencor, sino que se hizo asidua de mi blog.
Y, eso, que la señora tiene su caracter. Qu cuando tiene que pegarme una bronca, no se corta. Lo peor es que yo siempre lo he agradecido. Pero no se lleven a engaño. Su carácter fuerte no llega a la esquina. Pronto descubres que es un pedazo de pan, lleno de humanidad y compromiso. De eso se aprovecha su inseparable Dª Díriga, porque mercedes no suele poder.
Con ella descubrí que en los blogs se pueden dejar comentarios y comencé a entender que era la web 2.0. No terminé de hacerlo hasta que conecté de una manera especial con una increíble generación de Blogmaníacos. Andaba yo tratando de descifrar el significado de la web 2.0 más allá de la siempre bonita teoría, cuando conocí a los Blogmaníacos. Un blog hecho sin apenas medios, con un ordenador recauchutado y una pésima conexión. Nunca tuvieron un ordenador por alumno, como en otras comunidades, porque su Gobierno Autonómico prefirió gastarse los dineros en fastos y así les va.
Siempre me he preguntado que hubieran hecho si esos increíbles blogmaníacos hubieran tenido un portátil cada uno en sus manos.
Blogmaníacos era un blog de ida y vuelta. Pura web 2.0 en ebullición y realidad. No creo exagerar si digo que esa web de un aula de primaria participaron más de 100 profesionales de la educación de toda España y parte del extranjero.
Pero no quedaba ahí la cosa. Los alumnos se desvivían por hacer cosas para su blog en los pocos ratitos que el reparto de su poca tecnología les permitía. Vivían intensamente su blog y era la fuente de inspiración para el resto de su trabajo.
Pero no sólo escribían los Blñogmaníacos en ejercicio. No era extraño leer comentarios de las antiguas generaciones que opinaban y daban ánimos a las siguientes, transfiriéndoles el testigo sin soltarlo del todo.
Y familias. Las familias eran un elemento clave que participaban en el blog con comentarios, ayuda técnica, posts...
Sí, digo familias, porque también sirvieron de nexo y puente entre generaciones, como cuando llevaron a los abuelos y abuelas de la mano a ver la impagable película "Arrugas" y toda la sarta de actividades a su alrededor, como las entrevistas a sus abuelos.
No se conformaron con incorporar a su entorno próximo. Recibieron a actores, directores, especialistas en variadas materias, viñetistas... y cuando no pudieron acudir a su centro, los buscaron en la red.
Dieron el salto a la Universidad sin pasar por el instituto. Primero en la Coruña. Luego con un a interesante experiencia con la
Facultad de Educación de Murcia (un poryecto que se echa de menos como imprescindible nexo entre escuela y universidad) que se plasmó en el blog
Uniblogmaníacos y que se colmó de actividades colaborativas entre ambos distantes mundos.
Obtuvo el Primer Premio de Espiral y el segundo en otra ocasión, en reconocimiento a su labor como blog de aula entre otras distinciones,
Mi relación con ellos fue casual, a través de Conchita. Yo suelo ir por la vida lanzando las propuestas que se me ocurren y con los Blogmaníacos di con mi horma. No había propuesta que rechazaran ni a la que no se atrevieran. Desde preguntar a un presidente y a la NASA, a participar en Euronews y tantos sitios. Me llegaron a entregar el carnet de Blogmaníaco del que me siento orgulloso y a considerarme su tutor virtual. Pura exageración.
En fin, este es el corto relato de lo que he sabido y me ha asombrado de Conchita y los Blogmaníacos, una mujer cuya altura profesional y como persona no va en relación inversa a la física, sino que supera con creces esa proporcionalidad, cambiando de dimensión.
Blogmaníacos dejará de actualizarse en unos días. No sé cuantos. Lo ha anunciado Conchita en una entrevista televisiva que le hicieron. Pero lo que no dejará de estar presente en la red y servir de referencia para todos aquellos que quieran entender en qué consiste la web 2.0 y tantas cosas más. No en vano, está siendo objeto de una tesis doctoral a punto de terminarse y ser presentado por Mercedes Ruiz en la Facultad de Educación de la Universidad de Málaga. Les dejo el
borrador.
Se me olvidaba (que raro, conociéndome como me conozco, este post no acabará aquí, sino que lo seguiré actualizando a medida que me vayan surgiendo recuerdos e ideas pocas): Conchita representa el espíritu que equivocadamente se les atribuye a las nuevas generaciones de manera sistemática: Conchita era y es una nativa digital. Lo que diferencia a un nativo digital de un inmigrante es que el nativo nace con la tecnología y no se impresiona con ella. No lo bloquea. Conchita nunca se dejó amedrentar por la tecnología y por poderle sacar partido educativo. Para lo que no sabía, se dejaba la piel o directamente hacía un buen uso de la red y lo preguntaba a quien hiciera falta, pero nunca se bloqueaba y paralizaba ante ella.
En fin, que con Conchita conocí la web 2.0, le hice caso a Twitter y lo que es mejor, conocí a lo mejor de la red a través de la Tribu 2.0 y Cero en conducta, de la mano de Mercedes.
Sin ellas mi actividad en la red hubiera existido, pero sería totalmente diferente y menos enriquecedora desde el punto de vista humano. Con ellas comprendí también, que la red tiene vida, sentimientos, que detrás de algo que podría resultar frío como la tecnología, hay personas, grandes personas.
Gracias, Conchita, por todo lo que nos has aportado a tantos docentes. UBUNTU, yo soy porque nosotros somos.
Te esperamos.
Your friend for ever
PD: Conchita, al contrario que el protagonista del cuento, sí que construyó su casa física y virtual hasta el último día. En este mes en el que he estado más liado de lo habitual, no me ha faltado algo de tiempo para ver asombrado por última vez, como no dejó de trabajar con entusiasmo y dedicación hasta el último instante. Les invito a que vean su último mes de trabajo para que comprueben lo que les digo.
Conchita lo sabía antes y la ha hecho diferente. La ha llenado de amigos y amigas que la aprecian y de alumnos que siempre la llevarán en su corazón, sobre todo cuando hagan retrospectiva de sus vidas y vean lo afortunados que han sido de tener a Conchita.