Nuestro mundo sería muy distinto sin plástico, un material con poco más de un siglo de vida que se ha hecho imprescindible y omnipresente. Pero su uso excesivo y algunos de sus aditivos se están convirtiendo en amenaza para el medio ambiente y la salud. El austriaco Werner Boote lo cuenta en el impactante filme 'Plastic Planet'.
La escena es corta. El director austriaco Werner Boote se sienta en el despacho de la entonces vicepresidenta de la Comisión Europea, Margot Wallström, y le lanza un balón, un globo terráqueo inflable, y le dice: "Vivimos en un planeta de plástico". "Sí", responde ella al cogerlo, "está en todas partes... conocemos el aumento de alergias, de cáncer, de problemas endocrinos... Es un hecho científico. Pero, ¿sabe usted?, en los últimos 10 años hemos podido probar la existencia de riesgo en 11 sustancias... Once. De las 100.000 que deberían ser analizadas... El sistema no funciona. Y en tanto en cuanto no tengamos información completa... la industria puede decir: '¿Ven ustedes? No pueden probar que esto es peligroso'. Por tanto, se pueden seguir produciendo...".
Y ahí queda dicho. Y grabado. En Plastic Planet, la película de Boote, un puñetazo al estómago de fabricantes, políticos y consumidores que se estrenó en 2009 y ahora en EE UU y Francia. Impacta. Igual que el libro homónimo, un completo documento sobre el tema del periodista Gerhard Pretting con capítulos de título ilustrativo: El plástico se instala en la casa; se entierra, se quema, amenaza el mundo animal, envenena a los hombres, la industria cambia, el material cambia, el pensamiento cambia, el hombre cambia...LEER +
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