La Organización Mundial de la Salud reconoce Claramente que el ruido perjudica gravemente la salud y que además de sordera, desconcentración, insomnio y estrés puede llegar a ser causa de hipertensión, aumento del riesgo cardiovascular, excitación del aparato digestivo, úlceras, tensión muscular, e incluso pérdida de visión.
El estrés y sus manifestaciones y consecuencias
Las personas sometidas de forma prolongada a situaciones como las anteriormente descritas (ruidos que hayan perturbado y frustrado sus esfuerzos de atención, concentración o comunicación, o que hayan afectado a su tranquilidad, su descanso o su sueño) suelen desarrollar algunos de los síndromes siguientes:
El pasado mes de Marzo la Sala Primera del Tribunal Constitucional dictaba una sentencia, de la que fue ponente el entonces presidente del Constitucional, Manuel Jiménez de Parga, por la que se reconoce que el ruido atenta contra los derechos fundamentales de las personas.
Las personas sometidas de forma prolongada a situaciones como las anteriormente descritas (ruidos que hayan perturbado y frustrado sus esfuerzos de atención, concentración o comunicación, o que hayan afectado a su tranquilidad, su descanso o su sueño) suelen desarrollar algunos de los síndromes siguientes:
- Cansancio crónico
- Tendencia al insomnio, con la consiguiente agravación de la situación.
- Enfermedades cardiovasculares: hipertensión, cambios en la composición química de la sangre, isquemias cardíacas, etc. Se han mencionado aumentos de hasta el 20% o el 30% en el riesgo de ataques al corazón en personas sometidas a más de 65 decibelios en periodo diurno.
- Trastornos del sistema inmune responsable de la respuesta a las infecciones y a los tumores.
- Trastornos psicofísicos tales como ansiedad, manía, depresión, irritabilidad, náuseas, jaquecas, y neurosis o psicosis en personas predispuestas a ello.
- Cambios conductuales, especialmente comportamientos antisociales tales como hostilidad, intolerancia, agresividad, aislamiento social y disminución de la tendencia natural hacia la ayuda mutua.
- Grupos especialmente vulnerables
- Ciertos grupos son especialmente sensibles al ruido. Entre ellos se encuentran los niños, los ancianos, los enfermos, las personas con dificultades auditivas o de visión y los fetos. Estos grupos tienden, por razones de comodidad, a estar subrepresentados en las muestras de las investigaciones en las que se basa la normativa sobre ruidos por lo que muchas veces se minusvaloran sus necesidades de protección.En los niños – los mas vulnerables a sus efectos – disminuye además el rendimiento cognitivo, sin embargo, las autoridades políticas lo consideran erróneamente un problema menor y apenas se ocupan de él.Es pues urgente exigir el cumplimiento de la normativa ya que en algunos lugares el nivel de ruido es intolerable.
El pasado mes de Marzo la Sala Primera del Tribunal Constitucional dictaba una sentencia, de la que fue ponente el entonces presidente del Constitucional, Manuel Jiménez de Parga, por la que se reconoce que el ruido atenta contra los derechos fundamentales de las personas.
Coordinadora Estatal contra la Incineración de Residuos en Cementeras
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