No es mi especialidad, pero no puedo más que intentarlo.
Allá vamos.
Nunca he creído en fantasmas, brujas ni seres similares.
Nunca es mucho decir, sobretodo cuando pienso en las ocasiones en que visitaba solo la deshabitada casa de mi abuela cuando era pequeño. Únicamente me atrevía a ir cuando mis padres me enviaban con algún encargo y la mayoría de las veces salía por patas antes de terminar de subir las escaleras. Siempre había un crujir de maderas, un sonido extraño y chirriante que me hacía abandonar estrepitosamente la casa. Después, claro, tenía que inventarme alguna excusa para justificar el encargo no cumplido.
Lo cierto, es que el solo hecho de tener que pisar la casa abandonada, especialmente cuando la penumbra había llegado, hacía que me saliese de mi mismo y el pavor ocupase por completo la totalidad de mi cuerpo.
Sigo sin creer en esas cosas, pero aún hoy, cuando regreso a la casa...
Hola, soy uno de los administradores de Acompáñame y ante todo, agradecerte la participación en el reto del relato de terror.
ResponderEliminarOtra cosa, puse de título "la casa de la abuela", si quieres otro, nos lo dices, por favor.
Un abrazo y lo dicho, muchas gracias
Gracias a ti, Eldan. Me parece muy bien el título.
ResponderEliminarUn saludo