Imagen Jesús Hdez. Uso totalmente libre |
El uso, más bien el mal uso, de las nuevas herramientas de la tecnología móvil está causando algunos problemas.
Por ello se hace más necesario que nunca educar
- en su buen uso
- en sacarles partido real
Muchos de los que se conocen como nativos digitales, no lo son en realidad, porque hacen un uso muy parcial y parcializado de la tecnología móvil. No los saques de la aplicación de moda, de colgar algunas fotos, alguna que otra broma, algo de relación personal online (desconociendo en muchos casos lo que deben compartir públicamente y lo que no) y dedicándose al chismorreo, cuando no a acosar directamente a compañeros.
Afortunadamente esta no es la norma y hay jóvenes que le sacan partido a las oportunidades que brindan estas nuevas herramientas y que además hacen un uso adecuado de las mismas.
Por ello, como medida incluso compensatoria, la enseñanza no puede permanecer ajena a lo que está sucediendo en el mundo, debe aportar básicamente tres aspectos:
- Enseñar a sacarle partido a las herramientas tecnológicas aplicándolas para adquirir nuevos conocimientos y sobre todo producir elementos nuevos con gran carga de creatividad e iniciativa.
- Fomentar con ellas la competencia de aprender a aprender y la autonomía personal, haciéndoles diseñar su propio plan de aprendizaje permanente y ubicuo en base a los intereses personales que vayan descubriendo o que les descubramos.
- Y la educación en valores en cuanto a la utilización de los dispositivos, para que
- Hagan un buen uso de los mismos,
- Eviten caer en la depencia de los mismos,
- Que sean generadores de comunicación y la enriquecan con los que tienen al lado y al otro lado y no produzcan aislamiento.
- No recurran a prácticas discriminatorias y abusivas
- Contribuyan con su empleo a construir un mundo mejor y más justo.
En realidad, todos estos problemas han existido siempre. Quizás, la tecnología móvil lo que puede contribuir es a amplificarlos y multiplicarlos cuando se hace un mal uso de la misma. Antes se recurría a mandar mensajitos de papel, pintar paredes. Hasta hece poco se hacía ya desde un pc y ahora se hace ya desde cualquier dispositivo.
Sucede un poco como con el sexo.
¿Qué preferimos? ¿Qué lo aprendan en la calle y con mala y sesgada información o creemos que es mejor darles acceso a una mejor formación, más científica y fundamentada en valores?
Hay que utilizar estos problemas derivados del mal uso, para, dándoles la vuelta, convertirlos en oportunidades educativas para sacarles partido y educar en los valores fundamentales adaptados a estas nuevas herramientas, fomentando su uso libre y responsable, el respeto en las relaciones, discriminar lo que es compartible y lo que no...
Un amisrada atrás, nos hace comprobar que en cambios anteriores en los modos de vida, nada se consiguió prohibiendo, poniendo puertas al campo y aislándolos entre algodones de la realidad.
Muchos padres y porfesores se sorprenderían del uso que hacen sus hijos de este tipo de herramientas y que ignoran totalmente, incluso cuando se los han negado o restringido. Por eso, se hace fundamental una preparación de los padres y profesores en este sentido. Ambos pilares deben aportar valores, responsabilidad en su uso y abrirles horizontes que desde la reflexión les permitan sacarles partido real.
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