"Aprendizaje profundo" es la nueva apuesta de Google. Es una herramienta que funciona utilizando una tecnología similar al cerebro humano. Aprende de sus errores y mejora con el tiempo.
Esta tecnología intenta imitar la forma en la que el cerebro absorbe la información y aprende de ella. Sería como la manera que tienen las máquinas de dilucidar qué características son importantes para decidir, por ejemplo, si una imagen contiene un gato o no. Respecto a este método empleado en el asistente de voz, por ejemplo, el sistema de Google cree que ha escuchado "voy a comerme un litchi" pero la última palabra está ligeramente distorsionada, puede confirmar su intuición basándose en experiencias de frases pronunciadas en el pasado.
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