Está el gusto por el trabajo bien hecho, la aceptación de las diferencias, el optimismo ante la dificultades...
No siempre encontramos en nuestra aulas simpáticos gatitos o arrulladores perritos. Pero los que nos muerden, topan o dan descargas también tiene derecho a intentar mejorar y nosotros tenemos la obligación de ayudarles.
Cortesía de La Botica del Orientador
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