Hay algunos aspectos de
"Katmandú, un espejo en el cielo" que les han hecho reflexionar a
Canal Solidario sobre la película y, respetando las buenas intenciones de su directora y entendiendo que también tiene una parte de ficción,
quieren compartir algunas observaciones con la comunidad de usuarios y usuarias de Canalsolidario.org con el fin de estimular el debate y nos piden su colaboración para seguir reflexionando.
>> Nos pareció captar la idea de que, pese a las dificultades, una persona con capacidad y con ganas de transformar el mundo puede poner en marcha una ONGD y un proyecto ambicioso, cuando en realidad, una fundación u ONG necesita una base social que la sustente y le dé sentido, y también una misión y unos objetivos muy claros.
>> Podemos observar el diálogo Norte-Sur a través de la relación entre los personajes principales y de cómo la profesora va aprendiendo sobre el contexto. Una clara referencia a que, muchas veces, las soluciones propuestas desde Occidente no son las más adecuadas para los lugares y comunidades que intentamos “ayudar”. Ahora bien, se echa de menos un papel más activo de la comunidad con la que trabaja la joven maestra.
>> Da la sensación de que es relativamente sencillo conseguir dinero de la Administración Pública y poner en marcha un proyecto de estas características. En cambio, para trabajar en cooperación internacional y desarrollar proyectos sobre el terreno es necesario todo un trabajo de planificación, formulación y seguimiento de proyectos (es decir, burocracia institucional) que en la película no queda reflejado.
>> La ONG se asocia a la figura de una sola persona, a la de la protagonista y educadora española. Este modelo de entidad personalista está ya superado en la actualidad, podríamos decir que es el propio de los inicios de la cooperación internacional: basado en el descubrimiento de una dura realidad a través de un viaje o voluntariado internacional y en la posterior creación de una proyecto y/o entidad de carácter más asistencialista.
>> Se relaciona la cooperación internacional al desarrollo con un viaje personal e interior hacia de aceptación, con tormentos, historias personales y sentimentalismo incluidos (a través de la relación entre la protagonista y la comunidad nepalí o de los flash backs recurrentes y forzados sobre su pasado).
Está presente esa vieja idea de “ayudar a los demás mientras nos encontramos a nosotros mismos”. Hoy en día la cooperación internacional es otra cosa, es una profesión muy tecnificada. Precisamente, hace una semana publicamos la noticia
Quiero ser cooperante: ¿Por dónde empiezo?, donde intentábamos resolver dudas, disipar falsas expectativas, y allanar el camino de futuros y futuras cooperantes.
>> Sin dejar de lado el trabajo sobre el terreno, consideramos que la cooperación internacional al desarrollo que se hace en el Estado español necesita y reclama una sociedad civil organizada en nuestro país que, bajo el paraguas de las ONG y fundaciones, ejerza presión y busque alternativas frente a las injusticias que afectan a los pueblos y las sociedades discriminados y desfavorecidos del planeta.
>> Destacamos también que la Federación Catalana de
ONG para el Desarrollo,
en su código ético, (en catalán) explica que “el trabajo de las
ONGD no debería ser ni mera acción social organizada (campaña) ni una simple actividad espontánea.”
Su intención con este artículo es generar debate y reflexión para construir colectivamente una imagen lo más fidedigna posible sobre la cooperación internacional al desarrollo en el Estado español. Por tanto,
si te interesa el sector de la cooperación internacional, te piden que enriquezcas esta propuesta de debate con tus opiniones y observaciones. ¿Los ayudas?