No hay nada más incapacitante que sentirse torpe. Debemos reflexionar sobre hasta que punto inducimos estas incapacidades en el sistema. Cuando trabajo lectura con alumnos de un programa de Mejora de la Convivencia y el Clima Escolar de 2º de la ESO, la mayor dificultad estriba en que se sienten ridículos leyendo tras años de malas experiencias en este sentido. Llegan a leer peor de lo que realmente están capacitados. Una vez se genera un espíritu de confianza, no sólo mejoran en la lectura, sino que llegan a cogerle gusto.
Vía El TIMBRE DEL RECREO y Blogmaníacos
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