Si siempre deberíamos optar por abandonar los limitantes y desfasados libros detesto, en las actuales circunstancias y en ciernes de otro cambio masivo de libros, se convierte en una necesidad social y de conciencia el abandonar los libros .
Y, por supuesto, no cambiarlos por cárceles digitales. No se le pueden poner puertas al campo educativo actual en el que abrir horizontes debe ser la cuestión.
- Son todavía poquitos, aunque van a más, pero los colegios pioneros llevan ya muchos años funcionando sin libros de texto por elección.
- Profesores y alumnos pactan proyectos de investigación cada curso y utilizan diversos materiales para conseguir los objetivos educativos.
- Las nuevas tecnologías son claves en la renovación educativa.
Las mochilas pesan poco en el colegio La Navata, el Trabenco o el Palomeras Bajas (Madrid). Y en el Norai o el Vallseca, de Palma de Mallorca, el Virgen de Monserrate, de Torremendo (Alicante) o el Amara Berri, de San Sebastián. Son algunos de los centros públicos que han renunciado a los libros de texto. Son poquitos aún, pero representan una experiencia a la que cada vez se suman más centros.
Profesores y alumnos negocian el currículum. Hay cosas innegociables, como que hay que aprender a sumar o a leer, pero los chavales escogen el tema de un proyecto sobre el que investigarán ese curso y los profesores organizan a partir de ahí el material escolar.
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