El kilo original, tal y como se conserva en los sótanos acorazados del BIPM.
Los 54 países que usan el kilogramo como unidad quieren adaptarlo al siglo XXI con una nueva definición para la que aún no hay consenso.
Hay muchos kilos en el mundo, pero sólo uno es el auténtico. Es una pesa que cabe en una mano y se guarda en una cámara acorazada cerca de París. Ha sido desde su creación en 1880 la referencia mundial del resto de pesas que calibran las básculas de España y otros 53 países. Pero, según los expertos que lo custodian y analizan, el viejo kilogramo ya no sirve.
"Un objeto hecho en 1880 ya no vale como referencia para medir la masa en el siglo XXI", explica a Público John Stock, físico de la Oficina Internacional de Pesas y Medidas (BIPM) de Sèvres, en cuyo sótano se custodia el kilo original. LEER +
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El problema es que habíamos acordado que el kilogramo es una constante y no lo es. No podemos saber si el original ha perdido o ganado peso porque no podemos compararlo a nada cuyo peso no haya podido cambiar también, como sucede con las otras réplicas de la pesa original. La única forma sería compararlo con una magnitud que sabemos seguro que no ha cambiado, como la masa de un electrón o la constante de Planck.
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