miércoles, 27 de marzo de 2013

Por compartir algo tan bonito conmigo


Gracias, apreciados Blogmaníacos y Conchita, por compartir algo tan bonito conmigo.

Vuestra profe me escribió compartíéndome ese enlace y diciéndome:
Me gustaría que vieras el vídeo hasta el final, he quedado impactada por esta obra de teatro que hemos ido a ver hoy. Había personas muy especiales entre los actores, ¡ha sido muy especial! 
Ya en vuestro bloa añadió:
Lo que nos hemos encontrado allí ha superado todas nuestras expectativas. Aparte de los actores y actrices y de los niños/as de primaria, han intervenido discapacitados de la asociación ADIS Vega Baja, que nos han sorprendido, emocionado y alegrado el día. Ha sido increíble verlos actuar con una felicidad contagiosa que ha hecho que a más de uno/a se nos formara un nudo en la garganta.
Yo he grabado poco y mal. He de confesaros que al final la cámara me temblaba un poco por la emoción. Miraba a mis blogmaníacos/as y he visto en ellos/as lo mismo que me pasaba a mí.
Hoy hemos aprendido una lección muy importante que no viene en los libros. Sé que mis chicos/as ya no volverán a mirar a estar personas que algunos llaman "disminuidas" y que para nosotros hoy han sido"aumentadas", de la misma manera. Se han ganado su respeto y admiración.
Siento que el vídeo no sea de mayor calidad. Os ruego que veáis el saludo final de los actores al público, ¡la sala se venía abajo!
Tenía pensado responderos en vuestro blog, pero debe de ser por cierta falta de práctica en testamentarios menesteres, y los recortes que también han llegado a blogger, que no había manera de publicar en espera de aprobación, el comentario que sigue. Tras arduos intentos de hacerlo, me fije que el blogger en cuestión me avisaba una y otra vez que no podía hacerlo sino con un determinado número de caracteres y yo corrigiendo el código que intentaba insertar pensando que no lo admitía.
Su HTML no es aceptable: Debe contener como máximo 4.096 caracteres  
Vuestra profe volvió a escribirme conocedora de mis actuales despistes para que no se me olvidase verlo.

Y ante su amable insistencia, no podía menos que dejar a un lado mis despistes y agradecer su cortesía para con mis defectos.

Y bueno, en esas me encuentro, dejándoos tremendo testamento en donde blogger me deja.

Ahí os va. Espero que no desesperéis y os guste como a mí me ha gustado escribirlo para vosotros

Os voy a a contar una cosa (ilusos, cuando empiezo así, ya pueden esperar cualquier cosa menos que les cuente 1 cosa. Ya sabéis como llamaban vuestros antecesores a esto que sigue).

Cuando comencé en mi instituto (poco más o menos como les va a suceder a ustedes dentro de no mucho tiempo) comencé como le sucede a todo el mundo, con algo de nerviosismo, pero pronto pasó.

Una de las nuevas cosas con las que me tropecé (y digo tropecé porque en un primer momento no tenía ni idea como actuar) fue con el hecho de encontrarme en un instituto preferente de motóricos.

Nunca antes había estado en un centro con estas características y no sabía cómo debía de actuar.

Teníamos alumnos de integración en la ESO de todas las características que os podáis imaginar, algunos con situaciones personales y de salud probablemente más fuertes de lo que os podáis imaginar. también alumnos de PCA de Viveros y Jardines y después otro PCA de Administración.

Ellos fueron los que se encargaron de enseñarme. Sí, no me he equivocado, me han enseñado muchas cosas, entre ellas, la manera en la que debía tratarlos.

Pero no sólo eso, también me enseñaron a valorar muchas cosas de las que tenemos y que normalmente no les prestamos atención, no las valoramos o no les damos importancia.

¡Quién le da importancia a caminar, sentarse, levantarse, correr, hablar, oír, agarrar, lanzar, recibir! Todas esas cosas que cuando el profe de Educación Física os dice que hagáis alguno se pone remolón y le cuesta más de lo normal sencillamente por eso, porque no las valora!

Pues sí, chicos, esos alumnos suelen tener unas ganas impresionantes de hacer cosas. Tendríais que ver a Carlos cuando se baja de su silla y y se mueve por la colchoneta, a cuando se agarra a las espalderas y se levanta incomprensiblemente porque tiene poca capacidad de agarre, o cuando levanta un apierna, ocuando no se pierde un detalle del calentamiento, o cuando sus compañeros le pasan una pelota y todos esperan a que la devuelva, o cuando pone cara de felicidad porque simplemente le prestan un poco de atención o le pasan una pelota de gomaespuma.

Como él he tenido a varios alumnos que me han dado ganas de vivir, de valorar lo que damos por hecho, lo que no apreciamos porque creemos que así debe ser.

Y sabéis otra cosa (ya os había advertido que no iba a ser una sola, pardillos, jeje (dicho con todo el cariño)) no sólo me han enseñado a mí y a otros profesores, también han sido sumamente positivos para nuestros alumnos. Si vierais lo humanos que se muestran con ellos, los hacen mejores. Se desviven por acompañarlos, por prestarles atención, disminuyen incluso sus enfrentamientos por boberías, porque comienza a diferenciar lo importante de lo que no lo es.

En fin, que nuestro centro no sería el mismo sin ellos, seríamos peores personas sin sus enseñanzas, sin su alegría, sin sus ganas de vivir, de hacer, de participar.

Cuando más feliz te puedes sentir, es cuando logras una sonrisa en la cara de alguien y eso es lo más importante que pueden lograr en esta vida, porque cuando lo logras, actúa como un espejo o un boomerang y se vuelve a tu rostro.

Cuando te burlas de alguien te puedes reír tu sólo, aunque en el fondo de ti mismo te sentirás villano porque alguien está sufriendo, pero cuando haces reír sanamente a alguien, esa sonrisa te invade al venir de vuelta como una ola que va y viene y se desborda en blanca espuma.

Esas y más cosas, son lasque nos han enseñado nuestros alumnos y las que nos han hecho más grandes.

Hoy he colgado un vídeo en mi blog que les voy a regalar. Viene como anillo al dedo a la ocasión. Comienza con un título que nada hacía presagiar lo que vendría después, imaginar la belleza que mostraría. Poco más o menos como me sucedió a mi cuando di clase por primera vez a mis alumnos.

Os recomiendo que lo veáis en pantalla completa y utilicéis la opción de traducción de subtítulos y ya me contaréis...

Éste es el enlace:

Vamos a morir y eso nos hace afortunados


4 comentarios:

Blogmaníacos dijo...

¡Hoy ha sido un día productivo en enseñanzas: la que hemos recibido hoy en el teatro y la que tú "rematas" ahora en esta entrada!
Como profesora y amiga, no puedo pedir más, muchas gracias.

Nos queda la enorme satisfacción de procurar, a veces, enseñanzas inolvidables a nuestros alumnos/as. Creo que hoy ha sido un día de esos, en lo que he tenido la suerte de llevarlos a una experiencia que nos ha hecho crecer a todos/as.
Tu hermoso (y extenso) comentario completa el ciclo de un día perfecto.
Muchas gracias por dedicarnos tu tiempo añadiendo tus propias experiencias en algo que nos ha llegado tan adentro.
Un abrazo, amigo; recordaremos siempre a esas personas "aumentadas y especiales" que tanto nos han enseñado hoy.

Jesús Hernández dijo...

Las buenas cosas no se pueden forzar, ni aparecen necesariamente cuando uno quiere, aunque uno se empeñe en ellas. Ese grado de impredecibilidad le da un mayor carácter a esos momentos en los que aparecen, hasta el punto de marcarnos en muchas ocasiones.
Gracias a ustedes por compartirlo conmigo

Blogmaníacos dijo...

Me he dado cuenta de que dos buenos amigos míos, tú y Web Master Bicentenario, me habéis señalado con delicadeza que la palabra "discapacitados" quizá no sea la más adecuada.
Respectivamente los llamáis "especiales" y "dueños de capacidades especiales", lo que sin duda es mucho más hermoso.

Gracias por ello. Lo compartiré con mis chicos/as.

(Si os fijáis en la página de su asociación, http://www.adisvegabaja.org/
veréis que se subtitula "Asociación de discapacitados de la Vega Baja": también deberían ellos/as plantearse cambiar eso).

Jesús Hernández dijo...

También te diré, que en determinados contextos, esa palabra podría resultar chocante, pero es así, muchas veces los discapacitados somos los demás, que no sabemos ver sus valores o los condenamos por ser diferentes sin llegar a valorar lo que tienen y lo que tenemos.
Tienes razón, podrían cambiarlo.
Un abrazo